viernes, 30 de noviembre de 2007
Buena madera
La esperanza es el capital de los que carecen pero hay dos clases de esperanzas, la esperanza pasiva, conformista, la vulnerable esperanza puesta en la actitud de los otros para con uno. (Ese esperar ser visto, y que a uno lo entiendan) y esta la útil la que supera cualquier brisa de asistencialismo y beneficencia. La que se mete en uno mismo y hace mover las aspas de los molinos.Y sí, estamos acostumbrados al “Dios nos guarde”y proveerá y al que si “Dios quiere, Dios nos ayude” Y detrás de ese traje alguien con garras mezquinas a punto de devorar. Ojalá mañana amanezca desempañado y que “Yo me ayude”.
Aquí los astillados hijos de Eva.
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